El nombre de la zona

Mª Luisa Romana
28 ene 2018
2 Min. de lectura

En 1999 varios países de la Unión Europea adoptaron una moneda común, el euro. Se trata de diecinueve estados: por orden alfabético (que es como le gusta nombrarlos a las instituciones europeas) Alemania, Austria, Bélgica,Chipre, Eslovaquia, Eslovenia, España, Estonia, Finlandia, Francia, Grecia, Irlanda, Italia, Letonia, Lituania, Luxemburgo, Malta, Países Bajos y Portugal. Este vasto territorio no tiene una denominación oficial que pueda considerarse nombre propio; lo más adecuado sería llamarlo área del euro o zona del euro, que es lo que hacen muchos documentos institucionales, sobre todo si son obra de traductores.

Por supuesto, este modo tan sencillo de llamarlo no es el que se ha impuesto, pese a que sería lo más natural tanto para la lengua española como para el sentido común. Tal vez haya sido la influencia del inglés, aunque no tengo hecha ninguna investigación que me permita argumentar este origen; sea como fuere, el caso es que se ven comúnmente otros dos nombres: zona euro, que no puede ni debe llevar ninguna mayúscula inicial, y Eurozona, que sí suele llevarla, porque es un calco del inglés de tal calibre que más nos parece un nombre propio que otra cosa. La Fundéu recomienda no utilizar tampoco esta mayúscula, pero la verdad es que está muy extendida en el lenguaje especializado. Lo que en ningún caso es prudente es utilizar un guión para separar o unir las dos partes de este palabro.

Fuente del mapa: https://www.saberespractico.com/cultura/los-paises-de-la-eurozona/

Huelga decir (pero lo diré) que la palabra euro, el nombre de la moneda propiamente dicha, no lleva mayúscula inicial salvo en los casos en que el discurso así lo prescriba.

Así pues, ya lo sabéis, amiguitos: de ahora en adelante, escribiremos área o zona del euro, zona euro, eurozona o Eurozona, lo que más rabia nos dé. Y, cuando tenemos a nuestra disposición tantas variantes, mi consejo es siempre el mismo: utilizad lo que sea más clásico la primera vez que aparece en el texto, para demostrar un buen dominio del castellano culto, y después id variando según os parezca, para no aburrir al lector ni a la lectora.